¿Cómo
rezar esta Novena?
Cada
día está dedicado a orar por una intención especial. Rezamos por esta intención,
meditando en los textos propuestos, por medio de los Misterios Gloriosos del
Rosario. El primer texto es un pasaje del Evangelio, el segundo - un mensaje de
Nuestra SEñora de alguno de los aniversarios previos, y el tercero - un pasaje
del Catecismo de la Iglesia Católica. Estos han sido elegidos para dar una
triple perspectiva de la intención de oración: un Evangelio, un pensamiento
mariano (por medio de los mensajes de Medjugorje) y la visión eclesial, para
ayudar a la persona que guía la oración e introduce los Misterios. Los pasajes
del Catecismo sobre la oración nos muestran la riqueza, la profundidad y la
inmensidad de la experiencia de la oración cristiana, la cual nos recuerda la
Virgen aquí en Medjugorje. La oración conclusiva reúne todas las intenciones
de oración respecto a la intención del día.
Creemos
que esta unión en la oración traerá una nueva experiencia del amor de Dios
que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue
dado. Esta experiencia es siempre un nuevo comienzo, un pasaje a un nuevo nivel
de existencia. Las guerras reales, las guerras de nuestras dudas e incredulidad,
pueden ser detenidas e incluso las leyes naturales pueden ser cambiadas a través
de la oración. Esperamos, sinceramente, que nuestra oración en común, unidos
en el Corazón de María por la victoria de su Corazón Inmaculado, nos obtendrán
la conversión de nuestros corazones y nuestras vidas y constituirán además el
regalo más precioso para Nuestra Señora.
Primer
día
Oramos por los Videntes
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
Jesús
dijo a Sus discípulos: Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo
cuando aún estaba con ustedes; que tenía que cumplirse todo lo que estaba
escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces
les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo:
Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre
los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las
naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios y el perdón
de los pecados. Ustedes son testigos de esto. Ahora yo les voy a enviar al que
mi Padre les prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la
fuerza de lo alto. (Lucas 24,44-49)
¡Queridos
hijos! Hoy les doy gracias por vivir y dar testimonio de mis mensajes con su
vida. Hijitos, sean fuertes y oren para que la oración pueda darles fortaleza y
alegría. Sólo de este modo cada uno de ustedes será mío y Yo los guiaré por
el camino de la salvación. Hijitos, oren y con su vida den testimonio de mi
presencia aquí. Que cada día sea para ustedes un gozoso testimonio del amor de
Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! (Mensaje, Junio 25 de 1999)
«La
oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes
convenientes» (san Juan Damasceno, f.o. 3,24). ¿Desde dónde hablamos cuando
oramos? ¿Desde la altura de nuestro orgullo y de nuestra propia voluntad, o
desde «lo más profundo» (Sal 130,14) de un corazón humilde y contrito? El
que se humilla es ensalzado (cf. Lc 18,9-14). La humildad es la base de la oración.
«Nosotros no sabemos pedir como conviene» (Rm 8,26). La humildad es una
disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración; el
hombre es un mendigo de Dios (cf. san Agustín, serm. 56, 6,9). (CCC: 2559)
4.
Letanía de la Santísima Virgen
Oración
conclusiva:
Señor,
Tú llamas a todos los cristianos a ser testigos reales de Tu vida y Tu amor.
Hoy, Te damos gracias de manera especial por los videntes y por su misión de
dar testimonio de los mensajes de la Reina de la Paz. Te presentamos todas sus
necesidades. Rogamos por cada uno de ellos en lo personal para que Tú estés
cerca de ellos, a fin de que puedan crecer incesantemente en la experiencia de
Tu fortaleza. Te pedimos que los conduzcas a una oración cada vez más
profunda y humilde, mientras siguen dando testimonio de la presencia de la
Virgen en Medjugorje. Amén.
Segundo
Día
Oremos
por todos los Sacerdotes que sirven en el Santuario
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
Jesús dijo a Sus discípulos: Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre. (Juan 14,12-14)
¡Queridos
hijos! Hoy estoy con ustedes de una manera especial y les traigo mi bendición
maternal de paz. Yo oro por ustedes e intercedo por ustedes ante Dios, a fin de
que puedan comprender que cada uno de ustedes es portador de paz. No pueden
tener paz, si su corazón no está en paz con Dios. Por tanto, hijitos, oren,
oren, oren, puesto que la oración es el fundamento de su paz. Abran su corazón
y denle tiempo a Dios, para que El llegue a ser su Amigo. Cuando se crea una
verdadera amistad con Dios, no hay tempestad que la pueda destruir. ¡Gracias
por haber respondido a mi llamado! (Mensaje, Junio 25 de 1997)
Si conocieras el don de Dios (Jn 4,10). La maravilla de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo donde vamos a buscar nuestra agua: allí Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su petición llega desde las profundidades de Dios que nos desea. La oración, sepámoslo o no, es el concentro de la sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de El (cf. san Agustín, quaest.64, 4). Tú le habrías rogado a él, y él te habría dado agua viva (Jn 4,10). Nuestra oración de petición es paradójicamente una respuesta. Respuesta a la queja del Dios vivo: A mí me dejaron, Manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas, cisternas agrietadas (Jr 2,13), respuesta de fe a la promesa gratuita de salvación (cf. Jn 7,37-39; Is 12,3; 51,1), respuesta de amor a la sed del Hijo único (cf. Jn 19,28; Za 12,10; 13,1). (CCC: 2560, 2561)
4.
Letanía de la Santísima Virgen
Oración
conclusiva:
Señor, Tú eres la única fuente de vida, el Unico que puede saciar nuestra sed
de amor y amistad. Te damos gracias por Tu humildad al actuar por medio de un
hombre sencillo, un sacerdote, entregándote así al pueblo en la Santa Misa, en
los Sacramentos, en la Bendición. Hoy, invocamos de manera especial Tu bendición
sobre todos los sacerdotes que sirven en el Santuario de la Reina de la Paz. Haz
que puedan descubrir aún más el poder de la fe por la cual Tú les concedes
cualquier cosa que ellos Te pidan. Que lleguen a ser igualmente portadores auténticos
de la paz, fruto de su profunda y sentida amistad Contigo. Amén.
Tercer
Día
Oremos
por todos los Fieles de la Parroquia de Medjugorje
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
Jesús dijo a Sus discípulos: Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como el sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos. (Juan 15,5-8)
¡Queridos
hijos! Hoy les doy gracias por todos los sacrificios que han ofrecido en estos días.
Hijitos, los invito a abrirse a Mí y a decidirse por la conversión. Sus
corazones, hijitos, aún no están completamente abiertos a mí y por eso, los
invito de nuevo a abrirse a la oración, a fin de que en la oración el Espíritu
Santo los ayude a que sus corazones se vuelvan de carne y no de piedra. Hijitos,
gracias por haber respondido a mi llamado y por haberse decidido a caminar
Conmigo hacia la santidad.² (Mensaje, Junio 25 de 1996)
¿De dónde viene la oración del hombre? Cualquiera que sea el lenguaje de la oración (gestos y palabras), el que ora es todo el hombre. Sin embargo, para designar el lugar de donde brota la oración, las Sagradas Escrituras hablan a veces del alma o del espíritu, y con más frecuencia del corazón (más de mil veces). Es el corazón el que ora. Si éste está alejado de Dios, la expresión de la oración es vana. (CCC: 2562)
4.
Letanía de la Santísima Virgen
Oración
conclusiva:
Gracias, Señor, por Tu amor, gracias por el llamado a permanecer con el corazón
en Tu amor y dar así mucho fruto. Gracias por haber elegido esta parroquia de
manera especial, entregándosela a Tu Madre, la Reina de la Paz, con la misión
de llamar al mundo a la paz y la reconciliación, a la conversión por medio de
la renovación del ayuno y la oración. Gracias por la apertura de cada corazón
que supo cómo recibirla y le permitió hacer de cada uno un signo visible para
aquellos que vienen aquí. Hoy Te rogamos, Señor, que hagas de esta parroquia
un signo aún mayor del Reino de Dios y que ayudes a los parroquianos, a
convertirse en frutos gozosos y santos de la presencia de Nuestra Señora. Amén.
Cuarto
día
Oramos
por todos los Líderes de la Iglesia
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
Jesús dijo a Sus discípulos: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida. (Juan 8,12)
¡Queridos
hijos! Hoy estoy feliz de verlos en tan gran número, que ustedes hayan
respondido y hayan venido a vivir mis mensajes. Los invito, hijitos, a ser mis
gozosos portadores de la paz en este mundo atribulado. Oren por la paz, a fin de
que cuanto antes reine un tiempo de paz que mi Corazón aguarda con impaciencia.
Yo estoy cerca de ustedes, hijitos, e intercedo ante el Altísimo por cada uno y
los bendigo a todos con mi bendición maternal. ¡Gracias por haber respondido a
mi llamado! (Mensaje, Junio 25 de 1995)
El corazón es la morada donde yo estoy, o donde yo habito (según la expresión semítica o bíblica: donde yo me adentro). Es nuestro centro escondido, inaprensible ni por nuestra razón ni por la de nadie; sólo el Espíritu de Dios puede sondearlo y conocerlo. Es el lugar de la decisión, en lo más profundo de nuestras tendencias psíquicas. Es el lugar de la verdad, allí donde elegimos entre la vida y la muerte. Es el lugar del encuentro, ya que, a imagen de Dios, vivimos en relación: es el lugar de la Alianza. (CCC: 2563)
4.
Letanía de la Santísima Virgen
Oración
conclusiva:
Gracias, oh Señor, por darnos a la Iglesia como Madre y Esposa, para guiarnos
en nuestra vida terreno por un camino de luz hacia Ti. Gracias, porque en la
Iglesia todos somos hermanos y hermanas, y miembros de Tu Cuerpo Místico. Hoy
oramos por quienes conducen a Tu Iglesia para que incesantemente renueven en sí
mismos su alianza Contigo, que eres la única y verdadera Cabeza de la Iglesia,
a fin de convertirse en portadores fieles y gozosos de la paz y la verdad en
este mundo atribulado. Amén.
Quinto
Día
Oramos
por todos los Peregrinos que ya han venido a Medjugorje
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
Jesús dijo a Sus discípulos: El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? (Marcos 8,34-36)
¡Queridos
hijos! Hoy estoy contenta a pesar de que todavía hay cierta tristeza en mi
Corazón por aquellos que comenzaron a seguir este camino y después lo
abandonaron. Mi presencia aquí es por tanto para conducirlos por un nuevo
camino, el camino de la salvación. Por eso, Yo los invito día a día a la
conversión, pero si ustedes no oran, no pueden decir que se están
convirtiendo. Yo oro por ustedes e intercedo ante Dios por la paz; primero, por
la paz en sus corazones, después, alrededor de ustedes a fin de que Dios sea su
paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! (Mensaje, Junio 25 de 1992)
La oración cristiana es una relación de Alianza entre Dios y el hombre en Cristo. Es acción de Dios y del hombre; brota del Espíritu Santo y de nosotros, dirigida por completo al Padre, en unión con la voluntad humana del Hijo de Dios hecho hombre. (CCC 2564)
Oración
conclusiva: Nuestras
vidas, oh Señor, están en Tus manos. Sólo Tú sabes lo que necesitamos para
ser salvados. Gracias por enseñarnoslo aquí en Medjugorje durante 20 años por
medio de Tu Madre, quien vino a guiarnos por el camino de la salvación. Bendice
y fortalece a todos aquellos que comenzaron a recorrer el camino de la conversión
y la oración aquí en Medjugorje. Fortalece su fe, su esperanza y su caridad, y
no permitas nunca que traicionen su alianza Contigo. Amén.
Sexto
Día
Oramos
por todos los Peregrinos que vendrán a Medjugorje
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
En aquel tiempo exclamó Jesús: «¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar (Mateo 11,25-30)
¡Queridos
hijos! Hoy, también Yo me regocijo por su presencia aquí. Yo los bendigo con i
bendición maternal e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes. Los llamo de
nuevo a vivir mis mensajes y a ponerlos en práctica en sus vidas. Yo estoy con
ustedes y los bendigo a todos día a día. Queridos hijos, éstos son tiempos
particulares y por eso, Yo estoy con ustedes para amarlos y proteger sus
corazones de Satanás y para llevarlos a todos más cerca del Corazón de Jesús,
mi Hijo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! (Mensaje, Junio 25 de
1993)
En la nueva Alianza, la oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo. La gracia del Reino es la unión de la Santísima Trinidad toda entera con el espíritu todo entero (san Gregorio Nac., or. 16,9). Así, la vida de oración es estar habitualmente en presencia de Dios, tres veces Santo, y en comunión con El. Esta comunión de vida es posible siempre porque, mediante el bautismo, nos hemos convertido en un mismo ser con Cristo (cf. Rm 6,5). La oración es cristiana en tanto en cuanto es comunión con Cristo y se extiende por la Iglesia que es su Cuerpo. Sus dimensiones son las del Amor de Cristo (cf. Ef 3,18-21). (CCC: 2565)
4.
Letanía de la Santísima Virgen
Oración
conclusiva:
Nosotros no Te hemos escogido a Ti, oh Señor, sino Tú nos has escogido a
nosotros. Sólo Tú conoces a todos los pequeños que recibirán la gracia de la
revelación de Tu amor por medio de Tu Madre, aquí en Medjugorje. Oramos por
todos los peregrinos que vendrán a Medjugorje: protege sus corazones de todo
ataque satánico y ábrelos a todas las inspiraciones que vienen de Tu Corazón
y del Corazón de María. Amén.
Séptimo
Día
Oramos
por todos los Grupos de Oración de Medjugorje y Centros de Paz en Todo el
Mundo
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
Jesús dijo a sus discípulos: Traten a los demás como ustedes quieren que ellos lo traten. En esto se resumen la ley y los profetas. Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran! (Mateo 7,12-14)
¡Queridos
hijos! Hoy los invito al amor que es leal y agradable a Dios. Hijos míos, el
amor lo acepta todo, aún lo que es duro y amargo por amor a Jesús que es Amor.
Por tanto, queridos hijos, oren a Dios para que El venga en su auxilio, pero no
según sus deseos sino según Su amor. Entréguense a Dios para que El pueda
curarlos y consolarlos y pueda perdonarles todo aquello en ustedes que es un
impedimento en el camino del amor. Así, Dios podrá moldear sus vidas y ustedes
crecerán en el camino del amor. Glorifiquen a Dios, mis queridos hijos, con el
Himno a la Caridad para que el amor de Dios pueda crecer en ustedes día a día
hasta su total plenitud. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! (Mensaje,
Junio 25 de 1988).
En la oración, el Espíritu Santo nos une a la Persona del Hijo Unico, en Su humanidad glorificada. Por medio de ella y en ella, nuestra oración filial comulga en la Iglesia con la Madre de Jesús (cf. Hch 1,14). Desde el sí dado por la fe en la anunciación y mantenido sin vacilar al pie de la cruz, la maternidad de María se extiende desde entonces a los hermanos y a las hermanas de su Hijo, que son peregrinos todavía y que están ante los peligros y las miserias (LG 62). Jesús, el único Mediador, es el Camino de nuestra oración; María, su Madre y nuestra Madre, es para transparencia de El: María muestra el Camino [Hodoghitria], ella es su signo, según la iconografía tradicional de Oriente y Occidente. (CCC: 2673, 2674)
4.
Letanía de la Santísima Virgen
Oración
conclusiva:
El amor es signo de reconocimiento a Tus discípulos, oh Señor. Te damos
gracias por cada respuesta de amor dada a través del servicio y los dones a los
demás. Oramos por todos los miembros de los Grupos de Oración y Centros
Medjugorje en todo el mundo. Haz que, unidos a Tu Madre, puedan siempre mostrar
con valor y decisión, dentro de sus familias y dondequiera que vivan, el camino
estrecho, el único camino que lleva a Ti. Ayúdalos a crecer día a día en la
plenitud de Tu Amor. Amén.
Octavo
Día
Oremos
por la realización de todos los frutos y Mensajes de Medjugorje
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
Jesús dijo a Sus discípulos: Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que crea en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio el que obra el bien conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. (Juan 3,26-21)
¡Queridos
hijos! Hoy, en este grandioso día que ustedes me han regalado, deseo
bendecirlos a todos y decirles: OEEstos días, mientras Yo estoy con ustedes,
son días de gracia. Yo deseo instruirlos y ayudarlos a caminar en el camino de
la santidad. Hay muchas personas que no desean entender mis mensajes y aceptar
con seriedad lo que Yo estoy diciendo. Pero ustedes... Por eso los llamo y
les pido que con sus vidas y con su diario vivir den testimonio de mi presencia.
Si ustedes oran, Dios los ayudará a descubrir la verdadera razón de mi
presencia. Por eso, hijitos, oren y lean las Sagradas Escrituras, de tal manera
que, por medio de mi venida, ustedes descubran en las Sagradas Escrituras el
mensaje para ustedes.¹ ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! (Mensaje,
Junio 25 de 1991)
María es la orante perfecta, figura de la Iglesia. Cuando le rezamos, nos adherimos con Ella al designio del Padre, que envía a su Hijo para salvar a todos los hombres. Como el discípulo amado, acogemos (cf. Jn 19,27) a la Madre de Jesús, hecha madre de todos los vivientes. Podemos orar con Ella y a Ella. La oración de la Iglesia está sostenida por la oración de María. La Iglesia se une a María en la esperanza (cf. LG 68-69). (CCC: 2679)
4.
Letanía de la Santísima Virgen
Oración
conclusiva:
Te damos gracias, oh Padre, habernos dado a Tu Hijo y a Su Madre, a fin de que
nadie de quienes crean en Ellos y los escuchen se pierdan. Gracias por cuidar de
cada persona y, en Tu misericordia, por no condenar a nadie. Hoy Te pedimos que
se realice todo aquello por lo que Nuestra Señora ha rogado aquí en Medjugorje
y para que cada gracia que ha sido derramada aquí se difunda en el mundo. Que
esto traiga frutos de santidad y Te sirva en Tu plan de salvación. Amén.
Noveno
Día
Oremos
por las Intenciones de la Reina de la Paz
1.
Oración a la Reina de la Paz
2.
Veni Creator Spiritus
3.
Misterios Gloriosos del Rosario
Textos
para la Meditación
En ese tiempo, Jesús dijo: Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo sí te conozco y éstos han conocido que Tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se los seguiré dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos. (Juan 17,24-26)
¡Queridos
hijos! Hoy les doy las gracias y deseo invitarlos a la paz de Dios. Yo deseo que
cada uno de ustedes experimente en su corazón esa paz que sólo Dios da. Hoy
quiero bendecirlos a todos; los bendigo con la bendición del Señor. Les
suplico, queridos hijos, que sigan y que vivan mi camino. Yo los amo, queridos
hijos, y por eso los llamo -no sé ya cuántas veces- y les agradezco todo
aquello que ustedes están haciendo por mis intenciones. Les suplico que me
ayuden, para que Yo pueda ofrecerlos al Señor para que El los salve y los guíe
por el camino de la salvación. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
(Mensaje, Junio 25 de 1987)
La oración de María se nos revela en la aurora de la plenitud de los tiempos. Antes de la encarnación del Hijo de Dios y antes de la efusión del Espíritu Santo, su oración coopera de manera única con el designio amoroso del Padre: en la anunciación, para la concepción de Cristo (cf. Lc 1,38); en Pentecostés para la formación de la Iglesia, Cuerpo de Cristo (cf. Hch 1,14). En la fe de su humilde esclava, el don de Dios encuentra la acogida que esperaba desde el comienzo de los tiempos. La que el Omnipotente ha hecho llena de gracia responde con la ofrenda de todo su ser: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Fiat ésta es la oración cristiana: ser todo de El, ya que El es todo nuestro. (CCC: 2617)
4.
Letanía de la Santísima Virgen
Oración
conclusiva:
Te damos gracias, oh Padre, por el don de oración que nos permite tocar Tu
corazón; oración en la que Tú te entregas enteramente a nosotros y con la
cual nos enseñas a entregarnos enteramente a Ti. Hoy oramos por todas las
intenciones de la Reina de la Paz y por todo lo que es necesario para que el
mundo entero, por medio de María, pueda entrar en Tu gloria, la gloria de la
Santísima Trinidad. Amén.
Oraciones
Oración
a la Reina de la Paz
¡María,
Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la Paz!
Tú
viniste a nosotros para llevarnos a Dios.
Alcánzanos
la gracia de no sólo decir:
¡Hágase
en mí según Tu voluntad!,
sino
vivirla tal como Tú lo hiciste.
Ponemos
en Tus manos nuestras manos,
a
fin de que puedas conducirnos a Jesús
en
medio de todas las aflicciones y pesares.
Por
Cristo, Nuestro Señor. Amén.
Rezar
el Credo, 7 Padrenuestros, 7 Avemarías y 7 Glorias...
Veni
Creator Spiritus - Ven Espíritu Santo
Ven,
Creador, Espíritu amoroso,
ven
y visita el alma que a ti clama
y
con tu soberana gracia inflama
los
pechos que creaste poderoso.
Tú
que abogado fiel eres llamado
del
Altísimo don, perenne fuente
de
vida eterna, caridad ferviente,
espiritual
unción, fuego sagrado.
Tú
te infundes al alma en siete dones,
fiel
promesa del Padre soberano;
tú
eres el dedo de su diestra mano,
tú
nos dictas palabras y razones.
Ilustra
con tu luz nuestros sentidos,
del
corazón ahuyenta la tibieza,
haznos
vencer la corporal flaqueza,
con
tu eterna virtud fortalecidos.
Por
ti, nuestro enemigo desterrado,
gocemos
de paz santa duradera,
y,
siendo nuestro guía en la carrera,
todo
daño evitemos y pecado.
Por
ti al eterno Padre conozcamos,
y
al Hijo, soberano omnipotente,
y
a ti, Espíritu, de ambos procedente,
con
viva fe y amor siempre creamos. Amén.
Ven
Espíritu Santo, llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el fuego
de Tu amor.
-
Envía, Señor, Tu Espíritu y todo será creado.
-
Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos:
Oh Dios, que con la luz del Espíritu Santo enseñas a Tus fieles a conocer la
verdad, concédenos conocerla en el mismo Espíritu y gozar siempre de sus
consuelos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Rosario
Misterios
Gozosos
1.
La Anunciación del Angel a María
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
2.
La Visitación de María a Isabel
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
3.
El Nacimiento de Nuestro Señor en Belén
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
4.
La Presentación en el Templo
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
5.
El Niño Jesús Hallado en el Templo
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
Misterios
Dolorosos
1.
La Agonía de Jesús en el Huerto
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
2.
La flagelación de Nuestro Señor
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
3.
La Coronación de Espinas
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
4.
Jesús con la Cruz a Cuestas
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
5.
La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
Misterios
Gloriosos
1.
La Resurrección de Jesús de entre los Muertos
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
2.
La Ascensión de Jesús al Cielo
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
3.
La Venida del Espíritu Santo
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
4.
La Asunción de María al Cielo
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
5.
La Coronación de la Santísima Virgen
Padrenuestro,
10 Avemarías, Gloria, Oh Jesús mío.
Señor,
ten misericordia de nosotros
Cristo,
ten misericordia de nosotros
Señor,
ten misericordia de nosotros
Cristo,
óyenos
Cristo,
escúchanos
Dios,
Padre Celestial, ten misericordia de nosotros
Dios,
Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros
Dios,
Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros
Trinidad
Santísima, un solo Dios, ten misericordia de nosotros
Santa
María,
ruega por nosotros
Santa
Madre de Dios,
Santa
Virgen de las vírgenes,
Madre
de Jesucristo,
Madre
de la Divina Gracia,
Madre
de la Iglesia,
Madre
purísima,
Madre
castísima,
Madre
virginal,
Madre
inmaculada,
Madre
incorrupta,
Madre
amable,
Madre
admirable,
Madre
del buen consejo,
Madre
del Creador,
Madre
del Salvador,
Virgen
prudentísima,
Virgen
digna de veneración,
Virgen
digna de alabanza,
Virgen
poderosa,
Virgen
clemente,
Virgen
fiel,
Espejo
de justicia,
Trono
de la eterna sabiduría,
Causa
de nuestra alegría,
Vaso
espiritual de elección,
Vaso
precioso de la gracia,
Vaso
insigne de devoción,
Rosa
mística,
Torre
de David,
Torre
de marfil,
Casa
de oro,
Arca
de la Alianza,
Puerta
del cielo,
Estrella
de la mañana,
Salud
de los enfermos,
Refugio
de los pecadores,
Consuelo
de los afligidos,
Auxilio
de los cristianos,
Reina
de los Ángeles,
Reina
de los Patriarcas,
Reina
de los Profetas,
Reina
de los Apóstoles,
Reina
de los Mártires,
Reina
de los Confesores,
Reina
de las Vírgenes,
Reina
de todos los Santos,
Reina
concebida sin pecado original,
Reina
elevada al cielo,
Reina
del Santísimo Rosario,
Reina
de la Familia,
Reina
de la Paz,
C.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
R.
Perdónanos, Señor.
C.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
R.
Escúchanos, Señor.
C.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
R.
Ten misericordia de nosotros.
Bajo
Tu amparo nos acogemos,
Santa
Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestra
necesidad, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, oh Virgen
gloriosa y bendita.
C.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
C.
Ruega por nosotros y por nuestro Santísimo Padre, el Papa N. El Señor lo
bendiga y lo conserve, lo haga feliz en esta tierra y no lo entregue en manos de
sus enemigos.
R.
Amén.
Oremos
Te
suplicamos, Señor, que derrames Tu gracia en nuestras almas para que los que,
por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de Tu Hijo Jesucristo,
por Su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de Su Resurrección.
Por
el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.
R.
Amén.
¡Dios
te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra! ¡Dios
te salve! A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suplicamos gimiendo y
llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Abogada nuestra, vuelve a
nosotros esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos
a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce
Virgen María!
(Traducción
del P. Tiberio Munari)
Hoy
venimos, buena Madre
de
lugares diferentes,
a
traerte nuestras penas
y
plegarias muy fervientes.
Dulce
Reina de la Paz,
tu
sonrisa nos consuela,
tu
mensaje, oh María,
el
amor de Dios revela.
Sepan
todos, hijos míos,
que
los amo inmensamente,
y
por eso con ustedes
tanto
quiero estar presente.
Dulce
Reina...
Gracias
Madre y REina nuestra
escogida
criatura;
oh
María, de Dios eres
sacramento
de ternura.
Dulce
Reina...
Virgen
digna de alabanza,
Tú
me ayudas, Tú me guías,
en
Ti tengo mi esperanza,
Tú
me guardas noche y día.
Dulce
Reina...
Tu
insistencia con nosotros
de
que hagamos oración,
razón
tiene que alcancemos
la
gran paz del corazón.
Dulce
Reina...
Poderosa,
victoriosa,
sin
mancilla, Virgen Santa,
de
Dios Hija, Madre, Esposa,
satanás
de Ti se espanta.
Dulce Reina..
Dulce
Madre, Virgen pura,
serás
siempre mi ilusión;
y
por eso te consagro,
alma,
cuerpo y corazón.
Dulce
Reina...